Antidote to the Demands of Modern Life: Banyan Tree Ungasan Resort in Bali (19 imágenes)
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Uno de los posts más populares de este blog es el que repasa las mascotas de los mundiales de fútbol, así que resulta lógico pensar que una entrada similar dedicada a las mascotas olímpicas debe surtir un efecto similar, ¿no? Es una pregunta retórica, ¡OBVIO QUE SÍ! Así que, animados por los dudosos procesos electorales en México y el mundo, votemos todos por el animalillo, criatura o aberración que represente más fielmente lo que debe ser una buena mascota olímpica.
Mi escala para las mascotas futboleras se medía en "Cantonas", pues considero al franchute Eric Cantona como el futbolista más cool (superando por poco al borracho de George Best). ¿Pero qué ícono olímpico aplica para calificar a nuestras mascotas? Olvidémonos por un momento de buscar atletas borrachotes y juerguistas para mejor montarnos al carro de lo actual, de lo viral… de lo sensual.
Si no vieron el popularísimo video de la velocista australiana Michelle Jenneke bailando y coqueteando con la cámara antes de patear traseros en una competencia de 100 metros con obstáculos, los compadezco por estar tan malitos de su cibercultura.
Esta Sheila sin duda alguna le dio un nuevo significado al "calentamiento previo a la competencia", así que la escala para estimar qué tan cool es la mascota en cuestión se medirá en Jennekes. ¿Sexista? Quizá. ¿Me importa poco lo que piensen al respecto? Seguro que sí. Comencemos…
El Jaguar Rojo de Chichén Itzá / La Paloma de la Paz (México, 1968)
¿Qué son? Un jaguar rojo inspirado en un trono que fue hallado en las ruinas mayas de Chichén Itzá, y una mancha blanca sobre fondo negro que supuestamente es una paloma pacifista.
Lo bueno. México puede presumir de haber fincado la tradición de las mascotas olímpicas en los Juegos de Verano. Ya existía una mascota no-oficial en una olimpiada invernal, pero nosotros fuimos pioneros de esta desafortunada práctica de asociar la competencia con algún animal. El jaguar tiene una sólida raíz histórica, y la paloma es un bonito símbolo.
Lo malo. El jaguar quedó relegado al olvido y ya casi nadie se acuerda de su participación en México '68. La paloma es, por definición, uno de los animales citadinos más sucios y portadores de enfermedades.
Lo estúpido. Comencemos por el hecho de haber cambiado caballos a la mitad de la carrera, como se dice eufemísticamente. Ya teníamos una mascota simpaticona en el jaguar, ¿por qué suplantarlo por la paloma, llena de implicaciones políticas tras la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas? Es como si las elecciones presidenciales de México tuvieran una mascota y decidiéramos que fuera el mapache o la rata. Ya ni la burla se perdona.
¿Qué tan cool son? 5 Jennekes colectivos (4 por el jaguar, 1 por la paloma). Eso nos pasa por indecisos y faltos de compromiso en lo que a mascotas atañe.
¿Qué es? Un Daschund, también conocido como perro salchicha.
Lo bueno. Es una mascota fiel, simpática y remite de inmediato a los magníficos embutidos que uno engulle entre largos tragos de cerveza durante el Oktoberfest. Esta raza es oriunda de Bavaria, así que no le falta el carácter local. Las chicas dicen "Aaaaaaay, ternuritaaaa…" y se acercan a acariciarlo cuando te ven paseando un ejemplar de estos por la calle, algo que no ocurre si te ven paseando un fiero jaguar o una estúpida paloma.
Lo malo. Pese a que los creadores de Waldi aseveraban que este perro era símbolo de la resistencia, tenacidad y agilidad del atleta olímpico, el Daschund difícilmente viene a la mente cuando piensas en deportistas de alto rendimiento. Galgos, mastines, Rottweilers, bien. Pero el Daschund es más cómico que otra cosa.
Lo estúpido. Esos colores. Los creadores quisieron inluir los colores de los aros olímpicos en la mascota, pero decidieron excluir el rojo y el negro asociado con los nazis y sus logotipos de infame memoria. El resultado es un perro que parece ir vestido con un suéter tejido por alguna de tus tías solteronas.
¿Qué tan cool es? 6 Jennekes. Waldi pertenece a una raza canina simpática, buena onda. Nos imaginamos que él invita las cervezas en las convenciones donde se topa con otras mascotas.
¿Qué es? Un castor que ostenta una franja roja cruzándole el cuerpo.
Lo bueno. El castor, en inglés, es slang para referirse a las partes pudendas femeninas (beaver), así que esta mascota seguro aguanta carrilla. Es un animalillo industrioso, diligente y propenso a la ingeniería hidráulica, así que es obvio que siguió ganándose la vida honestamente al cumplir su reinado mascoteril y no tuvo que recurrir a presentarse en un reality show o a escribir una autobiografía escandalosa.
Lo malo. El diseño minimalista sugiere que su creador fue un haragán. No tiene más rasgo distintivo que esa gran franja roja que le cruza el tórax, así que sospechamos que es hincha de River o algo.
Lo estúpido. Su nombre, en el lenguaje Ojibwe de los indígenas canadienses, quiere decir "castor". Así que su nombre es Castor, el castor.
¿Qué tan cool es? 4 Jennekes. La baja calificación obedece a un potencial desperdiciado. Podían haber hecho cosas geniales con él, pero la verdad parece que se acordaron de diseñar esta mascota cuando faltaban sólo 4 días para el arranque de los juegos.
¿Qué es? Un osezno.
Lo bueno. Mucho. Al fin los organizadores de las olimpiadas se dieron cuenta del enorme potencial comercial detrás de una mascota bien ideada, así que explotaron al simpático osito soviético de todas las formas posibles. Misha era apapachable, lucía un cinturón con emblemas y colores olímpicos… y todos sabíamos que de adulto iba a ser una perfecta máquina de matar, como todo buen oso que no se llame Winnie Pooh.
Lo malo. Que estuvo amarrado a una olimpiada que sufrió el boicot de los Estados Unidos y otras naciones de occidente, por lo que su recuerdo se empaña ligeramente a raíz de las politiquerías.
Lo estúpido. Nada. Hasta el nombre funciona, pues es el diminutivo de Mikhail, un tradicional nombre ruso. Quizá podríamos un pero a que una versión animada para la televisión estuvo a cargo de estudios japoneses, lo que nos hace dudar de la tecnología soviética de la era.
¿Qué tan cool es? 9 Jennekes. Misha era grande. Mi primer recuerdo olímpico es de la ceremonia de clausura, donde cientos de espectadores formaron la imagen del osito con cartones de colores (pixel art análogo, vamos), e incluso hicieron que una lágrima rodara por la mejilla de la conmovida mascota. Bien jugado, comunistas, bien jugado (CORRE A LLORAR UN POCO). De hecho, lean este cuento de mi cuatito Ruys relativo a la emotividad de mascotas como este noble oso.
¿Qué es? Un águila americana, también conocida como águila calva o águila cabeciblanca. La clásica águila gringa, para que me entiendas.
Lo bueno. El trazo de Sam era fino, gracias a la experimentada mano del animador de Disney Bob Moore.
Lo malo. La verdad es que Sam se sentía como una mascota compensatoria. Me explico: los Estados Unidos querían borrar toda memoria de su ausencia de la olimpiada en Moscú de cuatro años antes, así que su mascota era el orgullo yanqui llevado al extremo.
Lo estúpido. El innecesario patrioterismo se sentía demasiado forzado. Sam comparte nombre con la figura alegórica del Tío Sam, y parte de su indumentaria también. ¿Un águila con corbata de moño, chaleco y sombrero de copa? Sólo le faltó salir comiéndose un hot dog, manejando una Ford F-150 y blandiendo un rifle semiautomático para completar el cuadro.
¿Qué tan cool es? 6 Jennekes. Si te late el rollo Disney/gringo, está muy bien. Pero seguir a Misha convirtió a Sam en ese amigo que se esfuerza enfermizamente por hacer la mejor fiesta del mundo después de que comentaste lo bien que lo pasaron en la reunión de otro amigo.
¿Qué son? Un par de cachorros de tigre, macho y hembra. La hembra, Hosuni, desapareció súbitamente de la fórmula, y como consecuencia sólo recordamos a Hodori.
Lo bueno. Bonito diseño, reminiscente de la animación coreana. Los tigres no podían distinguirse entre sí más que por el tamaño de la hembra, ligeramente más pequeña que el macho, pero los dos lucían un elegante sombrerito que les daba mucha personalidad. Algo así como esa pañoleta al cuello que le imprime un aire de distinción al Tigre Toño de las Zucaritas.
Lo malo. ¿Porqué se deshicieron de la hembra, Hosuni? Este gesto no ayuda en nada a borrar la imagen machista que tienen algunas culturas orientales. De acuerdo, La Tigresa de Oriente e Irma Serrano han hecho mucho para desprestigiar a la hembra del tigre, pero no es para que las eliminen del lor mascotero olímpico.
Lo estúpido. El sombrero de lado es pretencioso, hay que admitirlo. Si ya eres un tigre que sabe usar prendas de vestir, al menos vístelas correctamente. Este estilo de usar sombreros posiblemente influenció a los hipsters de la actualidad, y ya saben cuánto los detestamos.
¿Qué tan cool es? 8 Jennekes. Sólida puntuación para una mascota muy agradable. Algo así como los productos Samsung: no son lo mejor ni lo ideal, pero suelen cumplir satisfactoriamente con su cometido.
¿Qué es? Un perro pastor catalán, cuyo diseño asimétrico se inspira en el cubismo y otras corrientes de vanguardia.
Lo bueno. Muchísimo. Cobi tuvo un comienzo polémico, pues su trazo generó mucha crítica en los medios y en el sector del público que simplemente no lo asimilaba. Pero como todo grande incomprendido, el perrito se fue ganando el aprecio de propios y extraños al punto de convertirse en la mascota olímpica más popular y redituable de la historia. Ver al versátil Cobi ataviado con el elegante traje para la ceremonia inaugural y después vestido de atleta en varias disciplinas era de lo más adorable. Awwwwwnnn…
Lo malo. Francamente no hay nada abiertamente criticable en esta mascota. Funcionaba lo mismo en una calcomanía que en un muñeco de peluche o una figurita ornamental. Critiquemos su ausencia ocasional de pantalones, entonces. Perro impúdico.
Lo estúpido. Quizá el nombre. Se deriva de las siglas del COOB (Comité Organizador de las Olimpiadas de Barcelona), pero creemos que pudieron inspirarse más. Si los nombres catalanes son tan bonitos, oigan…
¿Qué tan cool es? 10 Jennekes. Su credibilidad artística logra darle una ligerísima ventaja sobre el adorable Misha.
¿Qué es? Un espermatozoide azul con calzado deportivo. O eso parecía.
Lo bueno. Nada.
Lo malo. Todo. ¿Por dónde empezar? Un grupo de mercadólogos gringos, seguramente bajo la influencia de excesivas cantidades de cocaína, decidió que un adefesio sin forma distintiva era de lo más "versátil", "multifacético", "proactivo" y demás adjetivos idiotas que se aplican a los "conceptos provocadores" de este tipo. Y lo peor es que creó toda una escuela de mascotas high concept que han probado ser tan impopulares como inexplicables.
Lo estúpido. El problema empezó desde el nombre. La mascota comenzó llamándose Whatizit? (así, con interrogación y 'z', bien "extremo"), después fue Whatzit y terminó en Izzy. Y también fue experimentando cambios en su diseño a partir de su presentación en 1992 y hasta la llegada de los Juegos de Atlanta, lo que habla que de plano no había forma de hacerlo agradable.
¿Qué tan cool es? 0 Jennekes. Este aborto de mascota debe estar agradecidísimo de que el bombazo en la Villa Olímpica haya contribuido a relegarle al olvido.
Olly, Syd, Millie (Sydney, 2000)
¿Qué son? Olly es un Kookaburra (cucaburra, como se le conoce al ave en castellano), Sydney es un ornitorrinco y Millie es un equidna. ¡Y juntos combaten al crimen en los barrios bajos, donde la policía no se atreve a entrar! OK, no, sólo queríamos ver cómo sonaría la peor serie de televisión de todos los tiempos.
Lo bueno. Los tres estaban simpáticos, y hay que reconocerle a los australianos el esfuerzo por apartarse de los canguros y koalas que están en TODO lo que hacen. El pajarillo representaba la generosidad del espíritu olímpico, el ornitorrinco al medio ambiente y a la energía del pueblo australiano y el roedor espinoso simbolizaba la llegada del nuevo milenio (y no se equivocaron, pues estos primeros años del siglo XXI han estado para pincharse y llorar).
Lo malo. La vuelta a las mascotas múltiples. El nuevo milenio traía esperanza y grandiosidad, pero debieron concentrarse en una sola mascota y no abusar. Si le pones el doble de la temperatura al horno, el pastel no estará listo en la mitad del tiempo, ¿entiendes?
Lo estúpido. Entre estos tres, más los koalas y canguros que han quemado en toda índole de logotipos, nos parece que Australia no puede ser nación anfitriona de ningún otro evento deportivo en grande, pues tendrían que usar como mascota a alguna de sus ponzoñosas y letales especies endémicas. Tiburones blancos, arañas asesinas, serpientes infernales, etcétera. Mal jugado, ahí. Miren, australianos, si necesitan mascota en un futuro evento deportivo, de plano utilicen a Michelle Jenneke.
¿Qué tan cool son? 7 Jennekes. Es raro, pero hubieran sumado más puntos individualmente, ya que el efecto colectivo los diluye. Algo así como los Bichir o los Baldwin en el cine: con uno basta, por lo general.
Athena y Phevos (Atenas, 2004)
¿Qué son? Dicen que son las representaciones de un niño y una niña, basados en unas figurillas arquaicas de terracota. A nosotros la verdad nos parecen fetos malformados de un híbrido espantoso, poseedor de los pies de Shaquille O'Neal y los hombros de Dámaso Pérez Prado.
Lo bueno. Córcholis… ¿qué se puede decir de estos dos en el aspecto positivo? Bueno, los nombres de Atenea y Febo son inspirados en la diosa de la sabiduría y en Apolo, dios de la luz, la música y el deporte, así que el dato al menos te da una embarradita sobre la cultura helénica.
Lo malo. Son un categórico PHÆL (el FAIL de los griegos) en lo que a mascotas se refiere. Están horribles. Nadie los quería fuera de Grecia, y sospechamos que la excesiva producción de souvenirs inspirados en ellos que se quedó sin vender en los estantes fue el detonador de la crisis de esa nación que tiene a la Unión Europea al borde del colapso económico. Así de desastrozos.
Lo estúpido. Sí, el rollo que nos vendieron los creadores de Athena y Phevos es que se basan en figuras antropomórficas que a su vez pretenden semejar niños, pero hay quienes opinan que las piezas inspiradoras eran en realidad figuras fálicas usadas en las festividades en honor a la diosa Hera. Así es: los griegos usaron dildos arqueológicos como mascotas olímpicas. ¿Y se dicen la cuna de la civilización, so idiotas?
¿Qué tan cool son? 2 Jennekes. El gesto de usar juguetes sexuales como mascotas en una olimpiada al menos te da un par de puntitos por estilo.
¿Qué son? Su nombre se refiere a juguetes tradicionales de la buena suerte, y cada uno representa algo distinto. Beibei es una muñeca azul que representa al loto, las aguas y los peces (prosperidad). Jingjing es un panda que representa a los bosques (felicidad). Huanhuan es la llama olímpica (pasión). Yingying es una antílope tibetana que representa a la tierra (salud). Y Nini… ni estudia ni trabaja, y representa a los #YoSoy132. OK, no. Es broma. Es una golondrina que representa a los cielos y a la buena fortuna.
Lo bueno. La descripción anterior es una versión condensada de lo que las cinco mascotas deben inspirar con su diseño y motivación de personaje. La verdad es que se cuidaron mucho todos los aspectos de cada uno. Otro detalle curioso es que si juntas la primera sílaba de cada nombre forman la frase Beijing huanying ni ("Beijing les da la bienvenida"). De ahí que los Fuwa representen el concepto colectivo de "Los Amigables". Les digo, pensaron en todo.
Lo malo. Otra vez el exceso de mascotas. OK, los chinos son muchos, pero no por eso nos tienen que recetar una mascota por cada sector representativo de su sociedad. Los souvenirs estaban bonitos y todo, pero no es fácil identificarse con un solo personaje como auténtico símbolo de los juegos. En lo personal nos quedaríamos con la antorcha por original, o el panda por representativo. Pero el caso es que los chinos se engolosinaron.
Lo estúpido. El dudoso récord de derechos humanos y prácticas laborales que posee China abrió las puertas para toda clase de parodias de sus personajes. Llamó en especial la atención el haber incluido a un antílope tibetano entre las mascotas, considerando la delicada situación entre China y el Tíbet. Es como si los gringos fueran anfitriones de una nueva olimpiada y tuvieran un grupo de mascotas donde se encontrase Alamito (que conmemora la anexión de Texas), Atomín (inspirado en la bomba que tiraron en Japón) y Krudo (un barril de petróleo del Golfo Pérsico). Hay que ser sensibles y sensatos, por favor.
¿Qué tan cool son? 8 Jennekes. La verdad estaban padres, pese a ser esencialmente unas baratijas Made in China.
Wenlock y Mandeville (Londres, 2012)
¿Qué son? Gotas de acero con cámaras en vez de ojos. Ajá.
Lo bueno. No hemos aprendido nada, ¿verdad, comités organizadores de olimpiadas? Bueno, supongo que hay que decir algo positivo del metal británico. Sí, asociar estas pachequeces con Black Sabbath, Judas Priest y Iron Maiden es un recurso desesperado, pero algo teníamos que decir. Wenlock lleva el nombre de un pueblo que albergó una versión predecesora de las Olimpiadas modernas en 1850, y Mandeville fue un hospital que organizó unos precursores de los Juegos Paralímpicos, así que al menos hay algo de historia interesante detrás de los nombres.
Lo malo. "Los gringos fueron un fracaso con su espermatozoide en el '96, ¿y si intentamos nuestra versión?", dijo algún genio entre los organizadores. En serio, hay un límite entre lo visionario (Cobi) y lo ridículo (Izzy), así que no logramos entender la necedad detrás de mascotas que no inspiran más que confusión.
Lo estúpido. Supuestamente Wenlock y Mandeville son gotas de acero con cámaras en vez de ojos, ¿cierto? La verdad no creemos que algo que recuerde la devastadora crisis del acero británico sea una buena idea (ellos dicen que es por la Revolución Industrial, claro). Y la omnipresencia de cámaras de seguridad en todo Londres siempre ha sido un recordatorio orwelliano de que estamos siendo vigilados constantemente, con las consecuentes tribulaciones respecto a la privacidad. ¿De qué se trata, Londres?
¿Qué tan cool son? 3 Jennekes. Nos recuerdan a uno de los minions de Despicable Me, el que tenía un solo ojo grandote, y eso nos hace algo de gracia. Pero la verdad este dúo va a tener que hacer algo portentoso para convencernos de que valen la pena como mascotas de Londres 2012. Si uno de ellos canta como Adele y el otro es tan carismático como Freddie Mercury, a lo mejor les subimos unos cuantos Jennekes…
En fin, aquí está mi punto de vista sobre las mascotas. Tú opinión no me importa mucho, pero siéntete en libertad de comentar y de votar, que de todos modos esto de la democracia no es más que una ilusión, ¿o no?
Take Our Poll"Get over" (him/her), commonly used in the context of sexual relationships, is an auto-antonymous phrase. "Get over him – get all over him, ooh yeah."